Estas historias se fueron tejiendo durante mi recorrido
por los diferentes centros turísticos de Bambamarca, Chugur y Hualgayoc. Escuché
a los pobladores de dichos lugares algunos acontecimientos misteriosos, en
otros casos me maravillaba con el propio lugar y se me daba por buscarle una explicación.
Así fueron surgiendo estas historias, como un intento por conectarme con un
pasado que no debe morir.
En todas ellas fui descubriendo la
historia de mis abuelos y por ende mi propia historia. Cuando aperturé una
secuencia especial en el programa infantil que conducía en Radio Coremarca, “El mundo de los niños” (contaba
historias imitando la voz de un octogenario), constaté que a los niños les
agradaba escuchar las historias de nuestra localidad y se sentían identificados
con el abuelo que les narraba hechos mágicos, llenos de aventura y sabiduría
ancestral. Los pequeños radioescuchas me acribillaban a preguntas, obligándome
a multiplicar mi capacidad inventiva. Es
aquí cuando las historias tomaron vitalidad.
Estas son las historias del abuelo, cuya voz tenue y temblorosa pero a la vez
enérgica y emotiva, se mezcla con el viento y al unísono resuenan en los
peñascos, en los ríos, en nuestros corazones y en los miles de ceramios
sepultados. Todo esfuerzo por traerlos a la vida es un triunfo frente a la
indiferencia.
CÉSAR MEJÍA LOZANO
1 comentario:
QUIERO SABER QUE SIGNIFICA SALAHUINDE
GRACIAS
Publicar un comentario